lunes, 28 de septiembre de 2009

JUGAR EN FAMILIA

     Una de las carencias más importantes que sufre la sociedad actual es la comunicación. Jugar en familia ayuda a construir una relación familiar sólida y duradera; desarrolla la necesidad de organizarse, y adquirir conciencia de aprender a construir juntos un clima de respeto y cooperación.
 
     Además, jugando el niño aprende a ser, es su oportunidad de aprender haciendo, interactúa con su entorno, expresa sus sentimientos, adquiere y desarrolla habilidades que experimentan y modelan su personalidad.
    
     Para poder insertarse en una actividad grupal hay que renunciar un poco a uno mismo. Los jóvenes aprenden a aceptar que no siempre desempeñarán el rol que querían y que hay que posponerse por el bien del grupo. Esto desarrolla ciertas virtudes en los niños desde temprana edad, como la obediencia, la honestidad (aprender a no hacer trampa), la alegría, entre otras.
   
     Uno de los aspectos más importantes que pueden lograr desarrollar los padres en sus hijos cuando juegan con ellos es el emocional; al ser una actividad grupal, implica relacionarse con otros. Esto significa ponerse de acuerdo con los demás, aprender a perder, cumplir con ciertos roles, aceptar la jerarquía y respetar la moral del juego, que está dada por sus reglas.

      Para la psicóloga María Elena Larraín, los juegos no sólo hacen pensar, sino que ayudan a mejorar la capacidad reflexiva, ya que las jugadas deben ser planificadas para poder ganar y es necesario utilizar estrategias para solucionar los problemas que se van presentando.
  
     La psicóloga Isabel Margarita Diez, agrega que desarrollan la memoria, la capacidad de observación y la creatividad, exigiendo rapidez de reacción y una gran concentración.


CONSEJOS PARA JUGAR EN FAMILIA

* Crear el “clima” o “atmósfera” apropiada para que todos jueguen con plena participación, estimulando la imaginación y la fantasía.

* Introducir el juego de manera dinámica y divertida, imaginando una situación o haciendo un cuento. Es importante que quien proponga el juego sea un verdadero animador que contagie las ganas de jugar.

* Aplicar siempre el conocimiento que se tiene de cada uno de los niños: Sus aficiones, cualidades y necesidades para adaptar los juegos a la manera más conveniente posible.

* Mantener el entusiasmo en todo momento. Saber hacer jugar y jugar siempre que sea posible. Pero saber también “desaparecer” cuando eso ayude a la mejor participación de los otros.

* Mantener una disponibilidad constante. Estar dispuesto a ayudar siempre que se necesario, tener comprensión y delicadeza de trato.

* Nada de preferidos ni de concesiones. Los niños son apasionados por la justicia.

* No ridiculizar al que falle o no logre la meta, ¡todo lo contrario! Alentar y reconocer el valor de la participación.

* Tomar siempre los juegos “en serio”. Para el niño el juego es siempre una actividad básica a la que se entrega totalmente.

* La simplicidad  Es la base de todo juego.

* El juego  es una gran oportunidad para conocer mas a los niños. Obsérvelos: “Dime como juegas y te diré quién eres”. Fíjese cómo reaccionan cuando pierden, si hacen equipo, si juegan con interés o resignación, etc.

* No espere a que los niños estén agotados. Detenga el juego cuando fue determinado y cuando sea oportuno. Es importante suspender el juego si se nota en algún momento que los integrantes han perdido el interés.

En la actualidad, existen muchos juegos diseñados no solo para entretener a los niños, sino como estrategias de aprendizaje para estimular su capacidad motora, creativa e intelectual. Juegos tradicionales como: Mímica, adivinanzas, etc. O los juegos de mesas o de construcción: Rompecabezas, “legos”, figuras geométricas, monopolio, sospechas, entre muchos otros. 


SI SE TRATA DE JUGUETES…

     Un juguete es capaz de transmitir, a través de su estética y del concepto que propone, actitudes y valores de la sociedad y de la cultura a la que se pertenece. Esta contribución no distingue demasiado entre aquellos valores que se identifican como positivos y aquéllos que representan los valores negativos de nuestra sociedad.
     
     Bajo esta consideración se hallan los juegos y juguetes denominados bélicos, que despiertan entre padres, madres, educadores y educadoras un intenso debate referente a su contribución a la violencia y la agresividad entre el público infantil.
    
     Si las condiciones que rodean al niño son las de un entorno tierno, donde a menudo hay abrazos y los conflictos y malentendidos se resuelven con el diálogo, la realidad se analiza y se critican las acciones de violencia y agresividad respecto a los demás, la repercusión no tiene por qué ser significativa: El juguete será uno más en la caja de los juguetes o en el estante.

      Anímate y relájate; jugar por la familia es demostrar un enorme cariño a tus hijos y un sentido exacto de lo que es importante en la vida.










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